Hola de nuevo estimados Seres de Luz. Aunque parezca mentira la ridiculez tiene su encanto. Echemos una mirada incondicional a este aspecto tan arraigado en nuestro Ser en muchas ocasiones y tan desarraigado en otras.
La palabra ridículo procede del latín con dos raíces diferentes que nos llevan prácticamente al mismo sentido y significado, una es ridiculus que procedente del verbo ridere (reir) añadiendo el sufijo instrumental culum completa la palabra significando (instrumento del reir o causa de la risa), este sufijo culum nos ha dejado otras palabras cono obstáculo, vínculo u oráculo; la otra raíz latina es reticulus, bolsa de mano que utilizaban las mujeres para trasladar ciertas pertenencias menores, como los pañuelos. Tanto una raíz como otra hacen referencia a las minucias, a lo irrisorio, tened en cuenta que el participio de ridere es risus, de esta última procede nuestra palabra risa.
Por lo tanto, la ridiculez tiene una relación directa con la risa, ¿no es eso encantador?, jajajaja! Nos reímos de los demás con suma facilidad, pero nos cuesta mucho reírnos de nosotros mismos, curiosamente ocurre lo mismo con el amor, nos es más fácil amar a los demás, sobre todo a quien nos ama, que amarnos a nosotros mismos; con lo cual deberíamos practicar mucho más la autoestima.
Querid@s lector@s, la autoestima está directamente relacionada con la sonrisa interior y con la ridiculez, así como sea capaz de amarme a mí mismo, así me amarán y amaré, así como me ría de mí, así seré capaz de aceptar que se rían de mí; esto hace que la ridiculez sea una cosa privada, individual y personal de cada Ser, puesto que hablamos de la actitud para con nosotros mismos.
Lo primero que hay que hacer para fomentar la autoestima es aceptarse a uno mismo tal y como es de forma natural, hay que encontrar la comodidad con uno mismo, observando cómo nos vamos sintiendo conforme a nuestros actos, ensamblando nuestro Ego con nuestro Yo. Una vez estemos ya de acuerdo con nuestro Ser, nos será muy fácil activar la sonrisa interior, solo tenemos que sonreír a nuestros órganos vitales, hígado, riñones, pulmones, bazo, estómago, corazón, vesícula biliar y sexuales.
Todos estamos formados por células en vibración y por lo tanto vivas e inteligentes, es decir, alegres y sonrientes; las células conforman los órganos y estos el Cuerpo Físico. El poder de la sonrisa es altamente elevado si lo proyectamos directamente sobre nuestros órganos, de esta manera mantendremos la vida y la alegría en ellos. También podemos proyectar sonrisa a nuestras emociones más bajas, la tristeza, la depresión, el enojo, el apego o los disgustos; os aseguro que si a todo esto le sonreís u os reís directamente de esas emociones con amor, las trascenderéis fácilmente.
La autoestima fomenta la sonrisa interior y esta última la alegría, es decir la vida. Al aceptarme naturalmente, me puedo permitir el encanto de la ridiculez, ya que en su esencia es reírme de mí mismo y en consecuencia estaré fomentando mi salud en todos los aspectos. No hay que luchar por no hacer el ridículo, sino todo lo contrario, reírse de uno mismo es extraordinariamente beneficioso, para luego poder reírnos todos juntos sin medida.
El sentido del ridículo no es más que un punto de vista erróneo y que pone límites a nuestra sonrisa interior, cuando no nos aceptamos cómo somos; pero en cuanto nos aceptemos definitivamente, quizás será el sentido más saludable de todos los sentidos que ocupan nuestro Ser.
EJEMPLO GRÁFICO DE COMO PRÁCTICAR LA SONRISA INTERIOR
Lo mejor es realizarlo meditativamente y a consciencia; ponemos la mano izquierda bajo a la derecha relajadamente y las dos entre el ombligo y el pubis, tal y como indica el dibujo.
Inspiramos profundamente por la nariz llenando de aire todo nuestro ser, exhalamos por la boca lentamente y volvemos a inspirar por la nariz, esta vez ayudados por el tercer ojo, visualizaremos nuestros órganos sonriéndoles con el aire y volvemos a exhalar por la boca lentamente, ahora volvemos a inspirar por nariz y llevamos el aire a los pulmones, sonriéndoles y volvemos a exhalar por la boca lentamente. Así sucesivamente órgano a órgano siempre ayudados por el tercer ojo o chacra 6.
Cuando acabemos de esta sesión, podemos empezar otra, pero esta vez sonriendo a nuestras tristezas, disgustos, enojos, depresiones, etc. Si esto existiera. Siempre el mismo mecanismo, solo que en esta sesión más sutil nos ayudaremos de las manos tal y como indica el gráfico.
Con estos ejercicios fáciles, iremos activando cada vez más nuestra sonrisa interior y exterior y nuestra alegría e irá desapareciendo progresivamente nuestro apego a la vergüenza, romperemos limitaciones mentales, seremos más libres y más respetuosos con todo y lo más importante, nos encantará la ridiculez porque en ella misma encontraremos la sonrisa.
Eso es todo por el momento estimad@s,
recibid un sonriente saludo!
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