Del latín trans cendere, significa moverse de un sitio a otro de forma ascendente, es decir, subiendo de nivel, ir a un estado superior, en definitiva, superar.
Estimados Seres trascendentales, lo que nos trasciende es lo que nos supera, hay canciones que trascienden de generación en generación, escritos, libros, frases e incluso Seres llamados célebres por sus obras que siguen vivas indefinidamente, ya que no encuentran tope de vía.
Pero, ¿cómo trascender aquellas situaciones que denominamos problemas, angustias, disgustos, penas, ausencias, carencias, enfermedades, miedos y un sinfín de escenas también llamadas obstáculos?
En general tenemos un gran dilema a la hora de encarar determinadas situaciones que nos incomodan, o las evitamos del todo, creyendo que así desaparece la situación, gran error ya que con el tiempo volverá a surgir la misma, o nos disponemos a luchar con todas nuestras fuerzas contra ellas con el ánimo de acabar radicalmente con dichas situaciones, gran error también ya que haciéndole frente aún les damos más fuerza y quizás ellas nos superen a nosotros, en vez de nosotros a ellas; a parte de acabar agotados sin conseguir nada.
Así pues, ninguna de las dos formas citadas anteriormente, son las más recomendables. La solución, curiosamente radica en el juego de los opuestos, en la dualidad y en ver que aquello que queremos trascender es uno con nosotros, es decir, siendo uno con la situación, solo así la podremos trascender. Os propongo dos juegos para verlo más claro.
El juego de los opuestos
Lo opuesto a la Luz es la Oscuridad según lo que se nos ha enseñado desde niños, como tantas otras enseñanzas basadas en opuestos y dualidad. Esto produce en nuestro Ser una separación entre nosotros mismos y nuestras circunstancias, como si fueran dos entidades diferentes y opuestas, cuando en realidad no lo son, Yo y mis circunstancias somos uno, ya que ni Yo existiría sin ellas, ni ellas sin mí, no tendrían razón de ser.
¿Existiría el “Play boy” sin el clero y viceversa?, la respuesta es no, aunque todo pasa antes por el Clero ya que es su causa y al final forman parte de la misma esencia. Lo mismo ocurre con la Luz y la Oscuridad, siendo opuestos no dejan de ser una misma cosa siendo la causa la Luz y una de las consecuencias de restar Luz es el camino hacia la Oscuridad. No puede existir una sin otra, pero todo pasa antes por la Luz.
Es decir, la Oscuridad no existe por sí misma, no tiene más entidad que la que le dé la ausencia de Luz, lo único que existe es la Luz como entidad propia. Luego entonces, ¿para qué luchar contra algo que realmente no existe?, ¿para qué derrochar energía en desarmar lo inexistente?, es absurdo y a la vez peligroso, ya que alimenta lo no existente energéticamente, lo atrae y le da una falsa vida que incluso puede acabar con nuestra realidad.
Por lo tanto, nunca hay que luchar con lo no existencial. Ahí es donde se equivocan todas las antiguas religiones. Una vez que empiezas a luchar contra lo no existencial, estás condenado al fracaso. Tu pequeño río de consciencia se perderá en el mar de lo no existencial, y este es infinito. No conviertas la Oscuridad en un problema, ni el problema en problema, la cuestión es la Luz, la única causa de todo.
Hazte uno con tus situaciones y circunstancias, entiende que tú ellas sois una sola entidad; de esta manera no lucharás contra lo que no existe, solo existes tú, todo empieza en ti mismo; no denomines a tus circunstancias problemas, sino aprendizajes, ni obstáculos a tus límites, sino oportunidades, vive con Amor tus circunstancias y lo trascenderás absolutamente todo!
El juego de aprender a Amar
Lo visto en el juego de los opuestos, solo es posible ponerlo en práctica aprendiendo a Amar. “Solo por Amor será salvo el hombre”, dijo el Gran Maestro Jesús. El Amor lo trasciende todo, es el único camino hacia nuestra superación. Curiosamente si cortamos la palabra “aprender” así: “a prender”, ves claramente “a encender”, es decir, a dar Luz; está clarísimo que “aprender” es tomar Luz, entendimiento, consciencia de Unidad, ese es el sendero hacia el Amor.
Si aprendo a Amar, estoy aprendiendo a iluminar aquello que veo como problemas, convirtiéndolos en aprendizajes, si aprendo a Amar dejo de temer y empiezo a ver los obstáculos como oportunidades, y así sucesivamente con todas mis circunstancias, si amo a mis consecuencias, las unifico en mi Ser y solo así las trasciendo. Podríamos decir que Aprender es el camino y Trascender es la nota.
Eso es todo estimados Seres trascendentales!
Un abrazo de Luz!
Así pues, ninguna de las dos formas citadas anteriormente, son las más recomendables. La solución, curiosamente radica en el juego de los opuestos, en la dualidad y en ver que aquello que queremos trascender es uno con nosotros, es decir, siendo uno con la situación, solo así la podremos trascender. Os propongo dos juegos para verlo más claro.
El juego de los opuestos
Lo opuesto a la Luz es la Oscuridad según lo que se nos ha enseñado desde niños, como tantas otras enseñanzas basadas en opuestos y dualidad. Esto produce en nuestro Ser una separación entre nosotros mismos y nuestras circunstancias, como si fueran dos entidades diferentes y opuestas, cuando en realidad no lo son, Yo y mis circunstancias somos uno, ya que ni Yo existiría sin ellas, ni ellas sin mí, no tendrían razón de ser.
¿Existiría el “Play boy” sin el clero y viceversa?, la respuesta es no, aunque todo pasa antes por el Clero ya que es su causa y al final forman parte de la misma esencia. Lo mismo ocurre con la Luz y la Oscuridad, siendo opuestos no dejan de ser una misma cosa siendo la causa la Luz y una de las consecuencias de restar Luz es el camino hacia la Oscuridad. No puede existir una sin otra, pero todo pasa antes por la Luz.
Es decir, la Oscuridad no existe por sí misma, no tiene más entidad que la que le dé la ausencia de Luz, lo único que existe es la Luz como entidad propia. Luego entonces, ¿para qué luchar contra algo que realmente no existe?, ¿para qué derrochar energía en desarmar lo inexistente?, es absurdo y a la vez peligroso, ya que alimenta lo no existente energéticamente, lo atrae y le da una falsa vida que incluso puede acabar con nuestra realidad.
Por lo tanto, nunca hay que luchar con lo no existencial. Ahí es donde se equivocan todas las antiguas religiones. Una vez que empiezas a luchar contra lo no existencial, estás condenado al fracaso. Tu pequeño río de consciencia se perderá en el mar de lo no existencial, y este es infinito. No conviertas la Oscuridad en un problema, ni el problema en problema, la cuestión es la Luz, la única causa de todo.
Hazte uno con tus situaciones y circunstancias, entiende que tú ellas sois una sola entidad; de esta manera no lucharás contra lo que no existe, solo existes tú, todo empieza en ti mismo; no denomines a tus circunstancias problemas, sino aprendizajes, ni obstáculos a tus límites, sino oportunidades, vive con Amor tus circunstancias y lo trascenderás absolutamente todo!
El juego de aprender a Amar
Lo visto en el juego de los opuestos, solo es posible ponerlo en práctica aprendiendo a Amar. “Solo por Amor será salvo el hombre”, dijo el Gran Maestro Jesús. El Amor lo trasciende todo, es el único camino hacia nuestra superación. Curiosamente si cortamos la palabra “aprender” así: “a prender”, ves claramente “a encender”, es decir, a dar Luz; está clarísimo que “aprender” es tomar Luz, entendimiento, consciencia de Unidad, ese es el sendero hacia el Amor.
Si aprendo a Amar, estoy aprendiendo a iluminar aquello que veo como problemas, convirtiéndolos en aprendizajes, si aprendo a Amar dejo de temer y empiezo a ver los obstáculos como oportunidades, y así sucesivamente con todas mis circunstancias, si amo a mis consecuencias, las unifico en mi Ser y solo así las trasciendo. Podríamos decir que Aprender es el camino y Trascender es la nota.
Eso es todo estimados Seres trascendentales!
Un abrazo de Luz!
Os informo que podéis pedir cita para consulta de Tarot Terapéutico
al 606 701 936 o bien a sinoelegipcio@gmail.com.
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