"Conocimientos puede tenerlos cualquiera, pero el arte
de pensar es el regalo más escaso de la naturaleza"
-Federico II-
El pensamiento
Un pensamiento es un destello de energía externa al Ser que,
en cuanto es pensado, se convierte en un torrente energético dentro de este. Si
esta corriente no se domina o no se organiza, puede causar sufrimiento propio y
ajeno, si por el contrario encauzamos el torrente y lo canalizamos a
conveniencia, dicho pensamiento pasará ser de nuestra propiedad y nos será muy
útil.
El subconsciente
Nuestro Ser, a través de la Mente Subconsciente, que actúa
como reproductora y almacenadora de todos los dogmas, paradigmas, hábitos y
patrones adquiridos durante generaciones, atrae todos los niveles de
pensamiento acorde a la vibración de lo almacenado, si conseguimos eliminar
dichos patrones de atracción y no sustituirlos por otros, conseguiremos limpiar
la Mente de condicionamientos y seremos capaces de pensar lo que queramos, es
decir, seremos los creadores del pensamiento, no esclavos como lo somos ahora.
Pensamiento creativo
Llegado este momento, si creamos pensamientos positivos,
entrarán en órbita e incidirán sobre todo nuestro acto de vida, luego el
mecanismo será otro, pensamiento creativo y pensar se habrán unido en una sola
acción. Esto es realmente el libre pensar, esto es libertad de pensamiento.
Del 100% de los pensamientos que pasan por nuestra Mente, si la observamos a diario, nos percataremos de aproximadamente el siguiente ratio:
50% pensamientos mecánicos: son todos aquellos que asedian la Mente con ideaciones continuas y repetitivas, enojosas y desordenadas y sin control.
25% pensamientos conscientes: son aquellos que se producen bajo vigilancia y control del Ser.
25% pensamientos incorrectos: son todos aquellos que están corrompidos y condicionados por ofuscaciones, celos, resentimientos y actitudes no sanas.
25% pensamientos correctos: son todos aquellos que se han liberado de los condicionamientos dichos anteriormente.
Observad vuestra Mente durante unos días y anotad en una lista los tipos de pensamiento que pasan por vuestra Mente, clasificadlos y os sorprenderéis. Está claro que hay que cambiar estos porcentajes, no es tarea fácil porque este proceso sólo se puede llevar a cabo desde la propia Mente, que suele ser muy escurridiza y no admite cambios de buenas a primeras. Con lo cual, se deberá tener mucha paciencia y sin obsesión ir cambiando los ratios.
Deberíamos aumentar los Conscientes y los Correctos y disminuir y eliminar el resto. Para ello, después de haber clasificado los pensamientos y tener claro los tipos, la mejor manera es entrar en meditación y aquietar la Mente. Esto significa dejar fluir todo lo que venga a nuestra Mente pero sin influir en ello, es decir, desentendiéndose de cualquier pensamiento que nos pase por la cabeza, simplemente dejarlos pasar sean del tipo que sean, sean recuerdos o sean compromisos de futuro, sea lo que sea, no nos debe afectar.
Al principio nos llevará unas cuantas meditaciones, luego iremos abriendo brechas o vacíos entre pensamientos porque pasarán más espaciados. En esos vacíos es donde se encuentra la auténtica Mente, la que en su tiempo fue libre. A medida que avancemos en estas meditaciones nos iremos regocijando en esos vacíos más tiempo, así iremos espaciando más y más de un pensamiento a otro, seguiremos sin dar importancia a los que vayan viniendo , no hay que hacerles caso.
Llegará un día en que habrá más vacuidad que pensamiento, ese día será el día en que empezaremos a pensar con verdadera certeza y discernimiento, a consciencia y con poder, ya que en esos vacíos está la Mente lúcida y creativa, esto es verdaderamente Pensar. Lo que hasta ahora estamos haciendo en mayor grado es reaccionar a un pensamiento ya existente, a través de la acción del pensar, pero eso es un pensar mecánico, adictivo y contaminado.
Cuanto más correcta y conscientemente pensemos, mejor será no sólo nuestra salud mental sino nuestra salud en general, ya que la energía de los pensamientos atrae, tanto interna como externamente, energías acordes a los mismos que influirá sin duda en nuestro bienestar.
Como veis, PENSAR en mayúsculas es todo un arte que hay que ir practicando, pensar en minúsculas es lo que hay que eliminar, porque además desperdicia energía vital que necesitamos para vivir.
¡Recibid un bien pensado y libre saludo!
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