Nuestra carrera contra el tiempo, siempre a
contrarreloj, presos de la prisa y de la inevitable competición,
sobreproducción "¡que no falte de nada!". Nos ha causado,
progresivamente como colectivo, una desfocalización de nuestra consciencia
sobre nuestros quehaceres básicos diarios desde los más densos, como cocinar a
consciencia, pasear o simplemente beber un vaso de agua, hasta los más sutiles,
como nuestra manera de pensar o de gestionar nuestras emociones.
Ha llegado el momento, sin duda alguna, de parar
por un tiempo, o nos paramos por nosotros mismos o el universo, que es muy
sabio, se encarga de ello, pero hacer un STOP, ¿con qué motivo?
Más allá de cortar necesariamente la expansión
de este Covid 19, por supuesto, es un parón para que trabajemos el auto confinamiento,
la auto contemplación, la autoestima de la que tanto carece nuestra sociedad,
el no estar solo sino con uno mismo, para auto conocernos mejor y sin miedo
destapar todo lo que huele mal en cada uno de nosotros al objeto de airearlo y
sanarlo.
Por lo tanto, una maravillosa oportunidad para
crecer interiormente, tanto si estás contagiado como si no lo estás, para
focalizar tranquila y calmadamente nuestra consciencia en cada acto, en cada
palabra que pronunciemos, en cada brizna de aire que inspiremos y en cada
emoción que debamos gestionar.
Una gran ocasión para sacar partido de uno
mismo/a replegándose y contrayéndose como un muelle, para cuando sea el momento
poder expandirse adecuadamente y con libertad.
Un principio de un final de un tiempo que
coincide con el despegue inevitable de la próxima era.
Ánimo a todos/as!
Sinoé Sácher
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