RELIGIÓN
Del latín "religar-re", que significa reatar o reunir, volver a unir lo que se desunió en su momento. Según la propia etimología la religión debería ser el acto de unión hacia uno mismo y también de unión con el resto de la existencia.
La falsa religión
Para nada aquello que hoy se conoce como religiones hacen honor a su propio título, o no conocen el significado de la palabra, o quizás piensan que la gente común tampoco lo conoce, o la etiqueta que ostentan no es la adecuada, en consecuencia todos aquellos y aquellas llamados religiosos/as que están sometidos, porque así lo decidieron, a las religiones, tampoco son religiosos/as.
Unas religiones, que sus organigramas son absolutamente jerárquicos, que diferencian a un capellán raso de un sacristán y a estos de un obispo y a este de un cardenal o papa y dentro de su propia organización separan católicos de protestantes y todos ellos se sienten separados del resto de religiones, no son religiones porque están practicando lo contrario de lo que significa la propia palabra con la que se quieren definir, es decir, están practicando la división de la especie humana.
He hecho hincapié en la Cristiana porque es la que más conozco, pero todas funcionan igual, dividiendo poderes entre hombres y mujeres, imponiendo sus reglas durante siglos, "a Dios rogando y con el mazo dando", y haciendo Santos, Santas y Mártires para elevar su jerarquía más allá de lo terrenal, ¡si esto es unión, que venga Dios, que es la verdad, y lo vea!
A estas llamadas religiones les deberíamos cambiar el nombre por sectas, sectas de inmenso poder acumulado durante generaciones a base de manipular a las débiles mentes, a base de reprimir a los pobres de corazón, porque a los abiertos de mente o se los reclutaba o se los ejecutaba sin derecho a defensa e impunemente.
Parece mentira como todavía nuestra sociedad actual sigue manteniendo estos lobbies de poder, sólo se ha podido conseguir por la incursión hostil de patrones mentales durante miles de años, heredados de generación en generación. Estimados lectores, a esto se le llama posesión y obsesión, fenómeno que ellos mismos señalan como cosas del Diablo o el Anticristo.
¿No será, que son ellos mismos el propio Anticristo? La propia secta, conocida como religión Cristiana, es de lo más anticristiano que existe. Ha vivido de la figura de Jesús y el Cristo, ha matado impunemente en nombre Dios, ha saqueado y robado en el mismo nombre y ha manipulado a su interés y conveniencia todos los hechos acontecidos referentes al movimiento Cristiano profundo, esto es y ha sido absolutamente anti Crístico más que Anti Cristiano, aparte de absurdo e incoherente.
Me pregunto cómo es posible que todavía Estados
y Naciones, declarados en sus Cartas Magnas como acofensionales, sigan dando
apoyo político y económico a estas sectas, ¿tanto poder tienen aún?, por lo
visto así es. ¿O quizás los gobernantes de estas Naciones son del mismo talante
que las dichas sectas?, si los observamos con atención nos daremos cuenta de
que es así.
Es más, mucho poderío se ha de tener como para
que la secta católica tenga un propio Estado, llamado Vaticano, con moneda
Euro, con Guardia Suiza para defenderse de no se sabe quién, quizás del Diablo,
con personal diplomático y con Jefe de Estado que además es el Jefe de la
secta, y un presidente de Gobierno.
Los confines del Estado Vaticano se extienden
por todo el mundo a través de sus destacados órganos de poder por casi todos
los países, así existen la "Conferencia Episcopal", y todas las
regiones episcopales que gracias a Dios no tienen poder legislativo por sí
solas. En cualquier punto del País puedes encontrar representantes del
Vaticano, poseen hasta centros de educación amparados ministerialmente, ¿cómo
si no, se podría conservar el Nacional Catolicismo?, recordad que el Dictador
entraba en las iglesias bajo palio y que fue Caudillo por la Gracia de Dios.
Gentes de bien que tenéis la paciencia de
leerme, siento que a estas sectas llamadas religiones habría que perdonarlas de
corazón, han hecho mucho daño al inconsciente colectivo, deberíamos perdonar
para liberarnos mentalmente de sus intentos de moldeo, deberíamos hacerlo
individualmente y por los que no han estado a tiempo de hacerlo, es la única
forma de superar estos patrones y activar el espíritu crítico que yace en cada
uno de nosotros. Perdonar pero no apoyar, quién quiera mantener su secta, que
se la financie por sí mismo.
La verdadera religión
La verdadera religión es la que procede de la
verdad, siendo la única verdad que existe el presente eterno, sólo podemos
encontrar y ejercer la religión estando en el instante, de hecho esto es la
religión, el religarse con uno mismo para saber de uno mismo. De esta manera
dejo de creer para pasar a saber. Así pues, la religión no se basa en creer,
sino en saber.
Cuánto más sepamos de nosotros mismos, más
religiosos seremos y veremos aquello que llaman fe como credibilidad y certeza,
no como esperanza de veracidad en algo desconocido, eso no es fe, es
inseguridad, por lo tanto, la verdadera religión es seguridad en nosotros
mismos, es la que ata y religa los cabos.
La verdadera religión es la que te concede decir
"esto lo sé y esto no lo sé", no llama a lo no sabido "creo en
esto o no creo en aquello". Es evidente que no lo sabemos todo, hay que
aprender a decir "no lo sé". No hay que perderse en teorías y
misterios, hay que experimentar en lo desconocido para conocerse.
La verdadera religión no es la que, en general,
se practica en los templos que llaman sagrados, edificados en nuestras ciudades
y pueblos, sino la que se practica en tu sagrado templo que eres tú mismo, no
hace falta que tu templo acuda a otro templo, aunque es cierto que en muchos de
ellos el ambiente para la introspección es maravilloso, pero sólo para eso. El
resto es recibir guía condicionada.
La verdadera religión no necesita ningún
intermediario organizado o no, entre el Ser y la Verdad no debe haber mediación
que corrompa el camino, el propio camino es el andar y el experimentar, el
sentir y el comprender, es justo el camino espontáneo del Amor.
El verdadero religioso no se clausura, ni se
enclaustra intramuros para estar solo y aislado del mundo, nunca estará sólo,
estará con sus pensamientos y oraciones, después de sus votos de castidad y
celibato se autocastiga reprimiendo sus emociones que hierven por sus adentros
y que al final le pueden costar una enfermedad, no nos olvidemos de la
pederastia eclesiástica.
El verdadero ser religioso es libre de sentir y
de percibir la vida al natural, no se reprime en aprender instante a instante,
no está bajo ningunas normas ni jerarquías ni órdenes sectarias de ningún tipo,
podrá tener un guía o un maestro que le enseñe el camino y a caminar, pero luego
debe andar solo hacia lo desconocido, hacia su propio Dios, que es él mismo en
potencia.
Por eso, el verdadero religioso no cree en Dios,
en ese Dios convencional que las sectas nos han vendido para su interés, este
religioso no cree en nada, solo sabe de algo y ese algo es él y él es la verdad
y la vida, o sea Dios. Para saber de uno mismo hay que hurgar en lo más
profundo del Ser, desde lo más denso hasta lo más sutil y religarlo todo en
uno, eso es religión.
La verdadera religión es Amor, y para eso hay
que despejar la mente de todas la creencias, dogmas y paradigmas, de todo
recuerdo y de toda ansia de objetivo, solo así se despejará el Presente Eterno,
la Verdad, la Vida, Dios.
¡Un saludo profundamente religioso!
Sinoé Sácher
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