La inteligencia suele
confundirse con la intelectualidad o el intelecto, aclaremos la diferencia. El
intelecto es la parte Mental que se dedica a acumular conocimientos
continuamente, la mayoría de los cuales son innecesarios para la vida diaria.
Es el poder cognitivo necesario para almacenar información, el tema es que lo
tenemos sobrecargado porque tenemos ansía de conocerlo todo, no siendo
necesario.
Es evidente que sin intelecto no habría inteligencia, pero
para una inteligencia sana y fluida el intelecto ha de estar sano, esto quiere
decir varias cosas:
-que sólo conozca lo que sea necesario en cada momento e
instante a instante.
-que lo conocido y una vez usado lo deseche y no lo de más
importancia.
Estás dos premisas son las que nos permitirán gozar de un
intelecto fresco y siempre dispuesto a engullir algo nuevo.
La inteligencia en sí misma
La inteligencia es la comunión entre el intelecto y el alma,
cuando siento lo que conozco a través de vivir la experiencia, es cuando
equilibro Mente y Alma y cuando comprendo lo que siento es cuando voy más allá
del intelecto, porque ya no conozco, ahora sé, y cuando sé ya no necesito
creer. Este proceso es llamado Inteligencia.
Pongamos un ejemplo: "leo un libro sobre electrónica, el
hecho de leerlo me proporciona un conocimiento técnico sobre la materia,
métodos, usos, etc. Esto lo almacena rápidamente el intelecto, cuando acabo el
libro, si no paso a la práctica, debería desechar la información
progresivamente, pero si paso a la práctica experimental el intelecto se
comunica con mi Alma para sentir la experiencia, una vez vivida esta, ya no
debo decir conozco esto, sino esto lo sé y como ya lo sé, ya no lo creo y al no
creerlo, ya está integrado en mi Ser y ya no lo devuelvo al intelecto. Esto es
inteligencia.
Tomar consciencia
En general no somos conscientes de este proceso, unas veces
porque desde que se acumuló el conocimiento hasta que se puso en práctica ha
pasado mucho tiempo y está muy espaciado, otras porque en vez de ir desde el
intelecto hasta el Alma, vivimos la experiencia sin tener conocimiento previo
de la misma, es cuando vamos directamente al saber. En esta última situación es
cuando nos cuesta razonar lo vivido porque lo queremos pasar por el intelecto y
no es posible, eso no significa que no se comprenda sino al contrario, todo lo
vivido es una compresión directa a la cual no estamos acostumbrados, estamos a
dados a razonar, no siendo lo mismo que comprender.
Así pues, la inteligencia es un proceso, ni es un don ni una
capacidad, ser inteligente es saber cultivar el proceso y tomar consciencia de
él. Dicho esto, la inteligencia puede ser usada en pro de uno mismo o de los
demás y también en contra de todo, hay que ser muy inteligente tanto para
preparar un artefacto explosivo y llevarlo a cabo, como para poner en práctica
cualquier tesis aprendida. Es por eso, que ni el intelecto ni la inteligencia
tiene relación con los actos, sino que el pensamiento y el pensar en sus
diversas formas son los causantes de todo.
Recomiendo pues, cultivar el arte de pensar, mantener fresco
el intelecto, procesar la inteligencia para el equilibrio de alma y mente y si
experimentamos antes de conocer, mejor no razonarlo en demasía, aunque se
pueden buscar las causas de dicha experiencia.
¡Recibid un inteligente saludo!
Sinoé Sácher.
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