LA ECUANIMIDAD
En estos últimos tiempos está muy de moda la
equidistancia, palabra bastante usada en ámbitos políticos refiriéndose, si no
estoy equivocado, a los que se consideran en el centro, ni derechas ni
izquierdas, suponiendo querer mostrar tolerancia entre los extremos o
equilibrio fiel entre los polos, o quizás teniendo a mano las puntas puedo
hacer de mediador entre ellas, en fin, en cuestión de política nunca es sabido.
Lo que si es sabido es que equilibrio, equidad y
ecuanimidad tienen la misma raíz "equi-uo" significando igualdad. En
el caso de ecuanimidad estamos hablando de igualdad anímica - ecua-anime-, es
decir, conseguir que el Alma o el Sentir sea tolerante, equilibrado, fiel y
centrado.
Es por eso que la ecuanimidad, siendo una cuestión
anímica, tiene su expresión consecuente en el Corazón o el Sentir. Para que
dicha expresión sea lo más ecuánime posible debemos trabajarlo en la Mente,
consiguiendo una Mente calmada, sosegada y límpida, conseguiremos una Mente tolerante,
centrada, lúcida y ecuánime, que a través del proceso de la Inteligencia,
detallado en el post anterior, procurará un Sentir ecuánime en relación a todos
los aspectos.
El sentir con ecuanimidad es una maravilla, es
asombroso porque sentimos lo mismo por todos y por uno mismo, es un sentir de
profundo amor incondicional por todo lo creado y por crear, a mayor
ecuanimidad, más intensidad de amor, compasión y paz. Nuestra Alma, nuestra
auténtica esencia, es capaz de amar sin condiciones ni condicionantes, sin
etiquetar ni filtrar y sin dividir. Pero en un grado importante sigue
contaminada por la Mente como ya he expresado en muchas ocasiones.
En consecuencia, la Ecuanimidad es un aliado de la
Mente, quizás el más importante puesto que incentiva el Amor en toda su
profundidad, es un tónico para el Alma porque va en pro de su auténtico
cometido que es amar por encima de todo.
Para trabajar la Ecuanimidad en la Mente es
preciso meditar sin tomar nada de lo que pase por la Mente, sea lo que sea,
como importante, a cada pensamiento darle Amor-Te Amo y que pase-, lo
importante es que el pensamiento no se estanque, ofreciendo Amor a cada uno de
ellos fluirán con toda seguridad. Es una cuestión de ir dominando este aspecto
mental, luego en el día a día y despiertos también lo deberíamos practicar,
ante una situación de desamor dar Amor y que fluya y así sucesivamente. Esto es
ser ecuánime aunque a muchos les parezca injusto. De la justicia ya hablaremos
en otro Post más profundamente.
Se acostumbra a asociar justicia con ecuanimidad y
en realidad tienen mucho que ver. Lo ecuánime es lo fiel al ánimo, así esté mi
Alma o así siento, así decidiré o actuaré; en cuanto a lo justo, ya no depende
de mí, lo justo es lo ajustado a causa y consecuencia, así serán mis causas,
así serán mis consecuencias. Son dos cuestiones diferentes, aunque si se es
ecuánime se es justo porqué se está bajo la luz de la inteligencia, siendo dos
procesos completamente distintos.
El proceso de la ecuanimidad se va templando
conforme no nos tomamos nada personal y por medio de actuar como observadores
inocentes de todos los inputs que deambulan por la Mente, al principio de esta
ardua tarea la Mente pondrá trabas debido a la comodidad de posicionarse en un
polo u otro por la dualidad engendrada durante siglos, pero con paciencia y
perseverancia, constancia y voluntad la podremos ir moldeando en este sentido.
Así pues, estimados lectores, os recomiendo que
trabajemos con este poderoso aliado mental para el bien del Amor incondicional
que tanta falta hace en este planeta.
¡Recibid un ecuánime saludo!
Sinoé Sácher.
Comentarios
Publicar un comentario