Si nos vamos a la etimología, que es siempre la clave de todo vocablo, vemos que "Adicto" procede del latín "Addictus" significando - entregado a, inclinado a -. En los primeros siglos del Imperio Romano un "Addictus" era un esclavo, un Ser entregado legalmente a otro Ser.
También se da el caso que "Addictus" es el
participio pasado de "Diccere" cuyo significado es - hablar o decir a
favor de otro -, con lo cual, en los dos casos estamos hablando de Sumar. En el
primer caso, si se me entrega un esclavo, estoy sumando un producto añadido en
mi haber, recordemos que "add" en inglés es sumar, añadir o adosar.
En el segundo caso, "diccere=decir" y su participio pasado es
"lo dicho", si le adoso el prefijo "ad" quiero decir
"añado apoyo a lo dicho por altri", lo suscribo, con lo cual me sumo
a su opinión.
En resumen, estamos hablando de sumar y también de decir, de
expresar, en definitiva, de liberar sumando. También es curioso, aunque no es
filológicamente correcto que "lo dicto" es "lo dicho" y
"lo adicto" podría ser "lo no dicho" , o sea lo callado, lo
no expresado, lo no liberado, si usáramos la "a" como prefijo a la
contra de la palabra.
Después de este análisis, llego a la clara conclusión de que
la falta de expresión y de comunicación con el entorno, es una de las causas,
si no la principal de las adicciones, al no "diccionar" me estoy
guardando lo que pienso, lo que siento y como no, mis emociones, así pues, si
me reprimo o me reprimen en la expresión emocional, no estoy sumando sino
restando, ¿y cómo compensa esta resta mi Ser interno?, buscando otra salida,
una copa, un cigarrillo o una copiosa cena con los colegas me podría
desinhibir, pero eso no es más que un sedante, un engaño para sentirme mejor.
Mi emoción sigue sin salir de mí, sigue atrapada aunque sedada, por eso el
sedante es adictivo.
Entonces estoy disfrutando de una cena con mis colegas,
buenos vinos, buenos alimentos, luego unos postres, un buen habano, luego
música y por supuesto un fantástico gin-tonic. Todo esto sería maravilloso si
no fuera porque mis colegas están en la cena conmigo también por las mismas
causas, la compensación de la falta de expresión emocional. A pesar de ello, lo
pasamos genial, no me extraña ya que estamos todos sedados, aunque nos
expliquemos en nuestra reunión lo no explicado donde tocaba, seguiremos sedados
porque si una emoción no se expresa en el momento y en el lugar donde te pille,
no sirve para nada y además pierde toda su autenticidad.
Siguiendo con la
ilustración, si la mayor parte de lo comentado en la cena de colegas, al ser
emoción que ha perdido autenticidad aunque no nos lo parezca porque estamos
sedados, entonces esta reunión tampoco habrá sido lo auténtica y limpia que
debería haber sido. Así vemos todos los fines de semana llenos los restaurantes,
salas de baile, bares, y los gyms cada día llenos, son el gran negocio de la
sedación, la anestesia social.
Es como aquel que va al gym todos los días a liberar las
emociones que durante el resto del día no le han sido posible, ya sea por no
contrariar a su jefe, por no discutirse con un cliente o en general, claro hay
que mantener las formas, cuidar los gestos y cuidadito con las palabras. Este
callar por creer que se lastima, este callar por protocolo, está represión
generalizada al final habrá que liberarla o pensar que la estamos liberando. El
gym es un gran sedante, pero insisto, ni elude ni arregla el problema, solo lo
deja en suspense.
Decía Sir William Shakespeare "prefiero ser dueño de mi
silencio que esclavo de mis palabras". Yo le respondo a Sir William que no
quiero preferir entre dos polos, quiero ser dueño de mi silencio y también de
mis palabras y no esclavo de nada.
Así pues, os animo a hablar, a comunicar, a expresaros
siempre con respeto y en tono suave y sincero, no es bueno auto reprimirse, ya
nos reprime bastante la sociedad en general!, a menos represión, menos riesgo
de caer en la anestesia de las adicciones. De esta manera seremos más
auténticos, nuestras reuniones familiares y con colegas más sinceras y no un
cesto donde liberemos nuestro spam, cuando bebamos o fumemos, lo haremos por
puro placer y no por desinhibición, entonces realmente seremos mucho más
felices.
Si queremos realmente salir de este círculo vicioso de - no
dicción, si adicción"- debemos empezar por escuchar conscientemente a
nuestros sentimientos y a nuestras emociones, tomar buena nota de ellos,
escribirlos si es necesario o dibujarlos, explicarlos a los que atañen dichas
emociones, si hay que chillar, se chilla, si hay que llorar, se llora y si hay
que reír, se ríe. Así de simple.
A raíz de todo esto aquí expuesto, me pregunto hoy, aquí y
ahora, si escribo y leo a diario por adicción. He de confesar que, habiendo
hecho una introspección profunda sobre esta cuestión, aproximadamente el 30 %
de lo escrito también pertenece a una liberación emocional, solo que en este
caso no lo hago para compensar una carencia de dicción, sino para compartir una
tenencia de información y experiencia que ya lleva muchos años rondando por mi
Ser. El otro 70 % os aseguro que es por puro placer, el placer de comunicar
desde la plenitud.
Si yo escribiera desde la
carencia de dicción para compensar emociones propias, estoy completamente
seguro de que lo percibiríais al momento, de todas formas si estuviera
equivocado, os ruego me lo hagáis saber.
¡Recibid un auténtico saludo!
Sinoé Sácher.
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