El responsable, tal y como delata su raíz, responde ante quién se lo pida. El culpable es el causante directo de un hecho o acción que deba ser culpada.
Para dar un ejemplo claro: "el responsable de ventas de una empresa responderá ante sus clientes sobre cualquier incidente que hay podido ocurrir durante el proceso de la venta, una vez haya respondido, buscará al actor directo que produjo la incidencia y ese, en todo caso, sería el culpable".
Es muy fácil culpar al primero que pasa por delante, cuando lo hacemos así, sin pensar, es porque queremos precisamente exculparnos, siendo un mecanismo de defensa habitual, que demuestra ciertas carencias, como la autoestima, la falta de responsabilidad o incluso si es muy repetitivo, un trauma por haber sido culpado sin razones y con indefensión.
Todos debemos ser responsables de nuestros actos, ya que sin duda alguna, responderemos ante las consecuencias de los mismos, pero únicamente se nos puede culpar por nuestros actos, si se establece que son sancionables debido a las posibles consecuencias de los mismos.
Así pues, otra de las diferencias entre los dos conceptos es, que la responsabilidad es un concepto interno e intrínseco del Ser, viaja con su Alma, mientras que la culpa es un aspecto externo que quiere marcar al Ser mediante un método sancionador estipulado. Luego entonces, todos hemos nacido responsables pero nadie ha nacido culpable.
Cuánto más responsables nos sintamos, más lejos de ser culpables estaremos, puesto que estaremos gestionando nuestros actos con la seguridad de que ningún régimen sancionador establecido nos culpará. Por lo tanto, apelo a la responsabilidad colectiva para alejar la culpabilidad de nuestro entorno.
Como hubiera dicho un gran periodista conocido, "se dice, se comenta, se oye, se rumorea estos días, que...." el Coronavirus es el culpable de toda esta situación compleja en la que vivimos, cuando si paramos a pensar un poco, veremos que eso es completamente imposible, es más, es absolutamente falso. Estamos culpando a un Virus (que pasaba por ahí), de todo lo que está ocurriendo, sin caer en la cuenta de que un virus no entiende ni de responsabilidades ni de culpas, sólo se limita a hacer su cometido natural para vivir, no tiene consciencia, así que no puede ser culpable ni tampoco responsable. Deberíamos pensar entonces, qué o quién es culpable o responsable de esta situación.
Sabéis todos o casi todos los que me leéis, que todas las enfermedades y patologías son de origen emocional, y quién gestiona nuestras emociones somos nosotros mismos, aunque existe mucho chantaje emocional tóxico, por lo tanto, no culpemos a la enfermedad que tengamos de tenerla o de que nos mate, será la causante, pero nunca la culpable y ni tan solo la responsable, los únicos responsables somos nosotros mismos. La clave está en aprender al máximo la gestión emocional, es la única medicina.
Sé que quizás, estos dos últimos párrafos puedan ser duros de digerir, no es mi intención culpar a nadie, sino poner de manifiesto mi punto de vista sobre estos procesos, respetando siempre el ritmo de aprendizaje de cada Alma y acompañando en el sentimiento a todos los que han tenido que despedirse de amigos, allegados o familiares, no por culpa, sino por causa de enfermedad.
Estimados lectores, la culpa es un invento de nuestras sociedades, precisamente para eludir responsabilidades individuales, en sí misma no existe, sólo existe la Responsabilidad.
¡Recibid un saludo responsable!
Sinoé Sácher
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